viernes, 16 de enero de 2015

10 verdades sobre el juego infantil


Los adultos sabemos lo que le gusta jugar a un niño y lo feliz que se le ve cuando disfruta de su juego libremente. Nos referimos a ese juego que surge de su propio instinto y curiosidad innata; de su propia iniciativa sin una dirección adulta. No quiere decir que no necesite del adulto sino que lo que necesita del adulto es el apoyo emocional y el acompañamiento para afinar su conocimiento y comprensión del mundo que le rodea.

Los adultos damos por hecho el juego en el niño, a veces sin percatarnos del valor pedagógico que tiene para él. Quizás estas 10 verdades sobre el juego infantil sorprendan o hagan entender actitudes que no entendías antes, reflexionar o valorar más los momentos de juegos.


El juego es:
  1. Un Derecho Universal del niño especificado en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El artículo dice que los niños tienen derecho al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Una obviedad pero que en algunos rincones del planeta no sucede.
  2. Es la tarea de la infancia. El juego es para el niño su “trabajo” a desarrollar durante la infancia. Comienza desde los primeros meses de vida y es tan importante para ellos como nuestro trabajo lo es para nosotros; o incluso diría que es para ellos mucho más importante, ya que es un estímulo interno, una necesidad que necesita cubrir para sentirse bien y desarrollarse.
  3. Es su medio para desarrollarse y aprender. Es uno de los pilares fundamentales del desarrollo físico, social, cognitivo y emocional, y donde aprende aptitudes y competencias que le servirán a lo largo de toda su vida. Mediante el juego el niño construye su propia identidad, le ayuda a gestionar sus emociones, aprende a relacionarse con los que le rodean y descubre el mundo reglado. Aprendiendo por medio del juego el niño integra mejor todos los conocimientos.
  4. Obedece a una motivación interna del niño; por lo que es voluntario: lo elige y controla él, y se basa en la diversión, entretenimiento, incertidumbre, intriga, desafío… Es el propio niño quien decide cuándo comienza y cuándo acaba, y si juega solo o en grupo. Generalmente y dependiendo de la edad, cuando más disfrutan es jugando en grupo con los padres y/o con los amigos ya que parte de su motivación es la de compartir momento de juego.
  5. Surge en cualquier momento y lugar. La necesidad interior del niño por jugar le lleva a encontrar juego en cualquier lugar y acción que realice. Explorar, observar, conversar, manipular, construir, negociar son maneras de jugar para cubrir esa curiosidad y el deseo de diversión. Te habrás sorprendido ya viéndolo jugar con cosas o lugares que no imaginabas, verdad?
  6. Es un fin en sí mismo, no tiende a alcanzar un objetivo sino que se juega por el mero hecho de jugar. Por lo que no se valoran los resultados sino que, si se quisiera valorar, se debería valorar el proceso en sí.
  7. No se basa necesariamente en juguetes. Los niños no necesitan juguetes para realizar la acción de jugar ya que son capaces de crear juegos imaginarios con cualquier objeto cotidiano que tengan a su lado. La realidad es que los juguetes para los niños son herramientas, igual que cualquier objeto que utilice, y le sirven indirectamente para estimular y desarrollar la necesidad que lleva adentro. El juego lo pone en niño, no el juguete. El adulto debería estar atento para facilitarle las herramientas necesarias acorde a su momento evolutivo y sus necesidades.
  8. No posee reglas externas. Son los propios jugadores los que inventan las reglas o guiones a seguir y cada uno adquiere su rol en esas reglas. Muchas veces los adultos no las entendemos o tendemos a llevarlas a las estipuladas en la sociedad pero en este tipo de juegos deberíamos olvidarnos de los convencionalismos y dejarnos llevar por la imaginación.
  9. No es literal. El juego infantil es ficticio, imaginario por lo que les permite ir más allá de los límites cotidianos; experimentando situaciones y expresando emociones que no tiene acceso en su vida real. Es su medio para transigir lo estipulado y convertirse en lo que en realidad no son.
  10. Necesita de un tiempo. Para jugar, igual que para desarrollar cualquier tarea importante, se necesita tiempo. Un tiempo de juego adecuado a la edad y la necesidad del niño y, donde el espacio esté acondicionado para desarrollarlo con seguridad, sin distracciones ni interferencias. Pero a parte, ese tiempo debería de existir en la franja horaria diaria de cada niño. Si tenemos en cuentas los 9 puntos anteriores deberíamos entender que para el buen desarrollo del niño, el niño debe jugar diariamente y para ello, necesita que los adultos le facilitemos ese tiempo, gestionando el tiempo de extra-escolares y de contacto con las nuevas tecnologías.
Fuente: reJuega